Uno de los grandes sueños para cualquier persona es poder conseguir un puesto de trabajo en gigantes internacionales tan prestigiosas como Apple, Google y Facebook. Si alguna vez se te ha pasado por la cabeza, o incluso has llegado a intentarlo, independientemente del resultado, seguramente habrás llegado a esta conclusión: entrar es muy difícil.
Los procesos de selección que estas compañías llevan a cabo no son aptos para todos los perfiles. Una combinación de preguntas técnicas y personales sumado a toda una serie de acertijos, preguntas imposibles, hacen de estos procesos de selección únicos. Prueba con este acertijo: “Si usted tiene dos huevos y quiere averiguar cuál es el piso más alto desde el que puede tirarlo sin que se rompa, ¿cómo lo haría?”.
Esta es solo una muestra de todo el arsenal de preguntas imposibles que se guardan estas compañías para escoger al mejor entre los mejores. Según el portal de empleo Glassdoor, las empresas más duras en sus procesos de selección son Apple, Shell, Google o Amazon. El objetivo no es incomodar, pero sí mostrar la capacidad analítica, de resolución de problemas y creatividad.
- ¿Cómo responderías tú a preguntas cómo éstas?
- ¿Cuántos coches rojos hay en España?
- ¿Cuántos rollos de papel higiénico necesitarías para cubrir el Empire State Building?
- ¿Cuántos niños nacen al día?
- ¿Y la probabilidad de romper un palillo en tres trozos y formas un triángulo?
Una de ingenio y rapidez mental. “Imagina que te transformas en una moneda y te tiran en una batidora; tu masa se reduce, pero tu densidad es la misma; las cuchillas comenzarán a girar en 60 segundos; ¿qué haces?”.
Ante este tipo de preguntas, imposibles de prever, también es importante demostrar versatilidad, ya que en estas empresas, la mayoría de trabajadores no trabajan en el mismo puesto en el que fueron contratados.
En el caso de que hayas accedido a uno de estos preciados puestos, ¡enhorabuena! Ya que si estás ahí es después de haber pasado por un proceso no sólo duro y complejo, sino también largo. En total, se suelen realizar entre dos y 4 entrevistas telefónicas, donde se realiza desde una primera aproximación hasta ejemplos prácticos.
Si pasas a la siguiente fase, empiezan las entrevistas personales en alguna de las sedes de la compañía. Es aquí donde se recrudece el proceso. En una noticia del periódico El País, un joven ingeniero de 27 años, Diego Melendo, postuló en 2010 para un puesto en Google. Adelantamos que consiguió el trabajo después de dos entrevistas telefónicas y cuatro en persona.
“La primera es general, para conocerte. La segunda ya es técnica, con ejercicios sencillos. En las presenciales van a saco: te plantean un problema de la vida real que no has visto nunca, te dan papel y boli y tienes que crear de cero y en 40 minutos un programa para resolverlo (…). Suelen salir al principio, para romper el hielo y ver cómo piensas, cómo funciona tu cerebro, pero no siempre aparecen, depende del entrevistador”.
