A principios del mes pasado, un conflicto entre empresas de tecnología y administración en Estados Unidos detonó un debate sobre si las compañías como Google y Apple deberían permitir a los usuarios que encripten su comunicación digital de tal manera que ni siquiera el FBI pueda descodificar la información. En otras palabras, el gobierno quiere que la encriptación sea más amigable para la policía.

De acuerdo con una audiencia judicial, el director del FBI, James Comey, dijo que si bien el cifrado beneficia a las vidas digitales de los usuarios y apoya los derechos fundamentales de las personas, las empresas que no retienen el acceso a la información de los usuarios podrían poner vidas en peligro, impidiendo que las herramientas de investigación sigan pistas críticas de terroristas. En consecuencia, los métodos de cifrado pueden hacer las investigaciones más difíciles para las fuerzas del orden ya que los proveedores de servicios no tienen acceso a las comunicaciones reales – pudiendo impedir investigaciones penales, incluso con una orden.
Esta cuestión se extiende a las implementaciones potenciales y las existentes del cifrado entre dos partes determinadas, que hacen imposible interceptar mensajes digitales. En respuesta, los líderes tecnólogos argumentan que las demandas de los organismos oficiales encargados de hacer cumplir la ley no son técnicamente factibles y expondrían a los usuarios domésticos y empresariales a riesgos considerables de robos de datos y de identidad.

Supuestamente, el cifrado es algo bueno. Está diseñado para proteger los datos contra el acceso no autorizado. En esencia, el cifrado protege la identidad y la privacidad del usuario. Mediante el uso de cifrado, los usuarios pueden estar tranquilos sabiendo que sus llamadas telefónicas, mensajes de correo electrónico, compras y otras actividades online están protegidas contra un intruso potencial.
Con las revelaciones de Edward Snowdem sobre la vigilancia masiva injustificada de la NSA, la creciente necesidad de encriptar las comunicaciones y los datos han llevado a muchas empresas a desarrollar métodos más seguros de cifrado. En el pasado, se exigió a las empresas desbloquear los teléfonos para las agencias de investigación, pero entre la creciente preocupación por la supervisión del gobierno y los robos de datos, las empresas se negaron, ya que se ponía en peligro la seguridad.
Por desgracia, aunque el cifrado se ha diseñado con buenas intenciones, tiene un lado oscuro. Fuera de las cuestiones políticas sobre este dilema, los ciberdelincuentes también han utilizado métodos de cifrado para desarrollar variantes de cripto-ransomware indescifrables, que se utilizan para obligar a las víctimas a pagar un rescate o perder el acceso a sus archivos.
Esto puede ser complicado debido a que el rescate no garantiza que la víctima en realidad pueda recuperar sus archivos e incluso el uso de software anti-malware para resolver la infección por cripto-ransomware resulta inútil.
Dada la probabilidad de esta situación, se recomienda a los usuarios realizar copias de seguridad de sus archivos con regularidad y utilizar medidas de seguridad tales como el test de correos electrónicos sospechosos para prevenir la infección. En última instancia, la atención al usuario ayuda enormemente en la protección de datos y comunicaciones.

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