Durante estos últimos años el uso de los drones en el ámbito civil se ha extendido. Mucho más simples que sus homólogos militares, son uno de los pasatiempos favoritos para los amantes del aeromodelismo y de los “trastos” de radio control.
A pesar de su apariencia de juguete, su complejidad a la hora de hacerlo volar lo convierte en un objeto fuera del alcance de los más pequeños.