Silicon Valley es un referente en el mundo tecnológico pues alberga las sedes de las compañías tecnológicas más importantes del planeta. En este artículo vamos a profundizar en cómo el Valle de Santa Clara, en California (Estados Unidos), llegó a convertirse en la década de los 80 en el actual Silicon Valley.
Uno de los factores principales de éxito son las ganas de aprender constantemente, y la zona de Silicon Valley cuenta con una oferta universitaria de primer nivel. Sin la Universidad de Stanford, que cuenta con 21 premios Nobel, no habría sido posible la existencia de Silicon Valley. Frederick Terman es el padre intelectual de Silicon Valley, un profesor de Stanford que animaba a los estudiantes a montar su propia start up de electrónica en la costa Oeste en lugar de enrolarse en compañías ya consolidadas en el este de Estados Unidos, que por aquel entonces es donde radicaban todas las grandes compañías.
El optimismo es otra de las claves del éxito. Marten Mickos un emprendedor y ejecutivo de HP de origen finlandés puntualiza en este aspecto explicando que los profesionales de Silicon Valley son optimistas sobre ellos mismos y sobre los demás, puntualizando que la única cosa que les preocupa es la falta de tiempo. No les inquieta la terrible sequía que azota california ni que se produzca una nueva burbuja tecnológica, como la que estalló en el año 2000.
La aceptación del fracaso es una de los puntos más importantes que han convertido a Silicon Valley en un referente, sobre todo si se compara con el estigma que supone un paso en falso en España. Algunos inversores estadounidenses llegan a poner en valor el fracaso como una experiencia útil para quien pone en marcha negocios, eso sí es importante fallar rápido y actuar en consecuencia.
Como hemos visto los profesionales de Silicon Valley valoran mucho el tiempo por eso actuar con rapidez es una de las premisas del área, la presión de la competencia lleva a actuar con mucha celeridad. O creces rápido o te comen los competidores.Otro de los valores fundamentales del éxito de las compañías de Silicon Valley es su conexión con el mundo real. Pese a ser en su mayoría empresas basadas en el mundo digital siempre están buscando formas de cambiar el mundo y contribuir a una mayor calidad de vida.
Frente a las reticencias a compartir conocimientos que se dan en España en Silicon Valley ocurre completamente lo opuesto, y los profesionales atribuyen el boom tecnológico a una actitud mucho más colaborativa y abierta. Como no podía ser de otro modo la innovación y la creatividad son ingredientes básicos de la realidad del valle, y las empresas los fomentan. Por ejemplo Google permite que sus empleados dediquen el 20% de su tiempo a proyectos que no guardan relación con el departamento en el que trabajan.
Las empresas nacen con la idea de internacionalizarse, el reto desde el primer momento es ser globales. Debe ser también por ello que el mestizaje entre razas y culturas aparece como otra de las claves del éxito. Un dato: el 30% de los ingenieros que trabajan en Silicon Valley han nacido fuera de EEUU.
El pragmatismo más tradicional es el último aspecto que convierten a Silicon Valley en un referente mundial. No hay lazos emocionales que aten a la hora de hacer negocios, todas las empresas saben que pueden acabar vendiéndose o desapareciendo, y eso no es ningún drama.
