Un año más, la organización McAfee Labs, perteneciente a Intel Security Group, ha recopilado información sobre el precio que nuestros datos personales y de acceso valen en el mercado negro.
McAfee Labs tiene un largo recorrido a sus espaldas trabajando en colaboración con empresas dedicadas a la ciberseguridad y autoridades para estudiar las webs que se dedican al contrabando de datos robados. En base a estas informaciones, elaboran un informe anual para establecer cuál es el estado del crimen en la red.
Han examinado el precio de los datos de acceso a cuentas bancarias, redes de empresas, subastas online, servicios de pago online y cuentas de subastas online. También los datos de los servicios de transferencias opacas o los extraídos de las tarjetas de crédito y débito robadas.
Los datos más vendidos son los referentes a tarjetas de crédito. Es sorprendente constatar que por ejemplo, en EE.UU., por apenas 7 euros tienes una tarjeta con el código CVV2. Si además contiene información personal, entonces el precio se triplica. En Europa, una tarjeta e crédito completa asciende a los 39 euros.
En cuanto a datos bancarios, los datos de acceso a cuentas bancarias que contengan un saldo superior a 2.200 dólares valen 190 dólares. En cuanto al acceso a transferencias de fondos a cuentas opacas tiene un precio de 500 dólares como mínimo, dependiendo de los fondos de la cuenta.
Este trasiego de información es muy peligroso. El que posea todos los datos equivalentes a tener la tarjeta de crédito de manera física en sus manos puede comprar y retirar dinero hasta que el verdadero dueño de la tarjeta reclame los cargos. Con información personal adicional puede incluso verificar la tarjeta y así poder acceder a la cuenta.
Algunos de los datos que circulan por el mercado negro llaman la atención por inusitados. Incluso los programas de fidelización en el sector turístico o los accesos a subastas online son objetivo, ya que con los datos que maneja un criminal puede incluso usurpar la identidad de la víctima para realizar compras online. Llama la atención el interés creciente por acceso a cuentas premium de plataformas con contenidos de vídeo en streaming, que se pueden comprar a partir de un dólar.
En definitiva, un negocio muy extendido y en el que estamos en riesgo todos.
