Pues bien, ahora sabemos que el estrés pre-vacacional también existe y que es posible que los trabajadores se vean estresados ante la llegada de las tan ansiadas vacaciones de verano por, entre otros motivos, la adquisición de un vuelo barato.
Pero, ¿Por qué las vacaciones nos estresan?
La impaciencia por descansar y el agobio por definir cuál será nuestro plan vacacional y viajes en general suelen ser las causas más comunes del estrés ante la llegada de las vacaciones, llegando a causar ansiedad, irritabilidad, somnolencia e incluso angustia en los trabajadores deseosos de un período de relax.
Lo cierto es que el estrés suele ser un estado inherente a los cambios y, en este sentido, durante las vacaciones interrumpimos nuestra rutina, rompiendo los automatismos secundados a diario y generando, en muchos casos, tensiones estresantes derivadas del agobio.
Entre los pensamientos más habituales que pueden desencadenar el estrés pre-vacacional se encuentran la acumulación del trabajo a la vuelta de las vacaciones, los gastos del viaje, la impaciencia por la llegada de los días de relax o la preparación del plan de descanso.
La rutina y el cansancio continúan siendo las principales motivaciones para irnos de vacaciones, dejando muy atrás otras como la salud o la motivación laboral.
Cuestionados además por la mejor manera de combatir el estrés laboral, la respuesta es clara: el 60% admite que irse de viaje es la mejor opción por encima de otras como las escapadas urbanas o rurales, el ocio en su ciudad o las salidas nocturnas.
Pese a las ganas de que las vacaciones de verano sirvan para recargar las pilas, más de la mitad de los españoles asegura que piensa en el trabajo durante su tiempo de asueto estival, dos puntos porcentuales más que la cifra registrada el año pasado. Los médicos explican que aquellas personas que estén sometidas a presión en el trabajo deben aprenderá a manejar sus emociones y a evitar, en lo posible, escenarios de tensión, con hábitos saludables que incluyan una dieta equilibrada, práctica de ejerció regular y, cómo no, vacaciones.
