“Es un modelo contrastado durante años, todos ganan. Las empresas forman talento adaptado a sus necesidades y los jóvenes adquieren experiencia “
Los estudiantes pueden realizar cursos de dos o tres años de duración. En ellos dedican casi la mitad del tiempo a realizar prácticas remuneradas en compañías, entre 500 y 800 euros al mes, y cotizando a la Seguridad Social. Lo mejor: el 78% de los jóvenes es contratado al finalizar el programa. Gobierno y empresas corren con los gastos, los sindicatos apoyan sin fisuras y las cámaras de comercio gestionan la relación entre las firmas y los centros de formación. El resultado es una de las tasas de paro juvenil más bajas de la historia de Alemania, un 7,9%.
La competitividad es el caballo de batalla de la canciller alemana Angela Merkel, que quiere aprobar un pacto europeo al respecto y lucha por atraer jóvenes parados españoles para alimentar la veloz recuperación de su economía. Según el Instituto de Economía Alemana de Colonia, el país necesita 117.000 profesionales especializados en matemáticas, ciencias naturales, informática y técnica.