Investigadores del Instituto Baker para la Salud Animal de la Universidad de Cornell desarrollaron una tecnología que en menos de diez minutos y con apenas una muestra de sangre puede terminar si un paciente ha sufrido un ACV.
Desde que una persona sufre un accidente cerebro-vascular (ACV) hasta que se completa el diagnóstico y comienza el tratamiento, pueden pasar desde unos minutos hasta varias horas. El tiempo que pasa es de vital importancia para controlar el daño posterior que se produce, es decir, las consecuencias que quedan en el individuo que ha sufrido el accidente.
Investigadores del Instituto Baker para la Salud Animal de la Universidad de Cornell han desarrollado una manera rápida y eficaz para diagnosticar los ACV, se trata de una tecnología que en menos de diez minutos y con apenas una muestra de sangre puede determinar si un paciente ha sufrido uno de estos episodios.
El texto que describió el hallazgo, “Use of Tethered Enzymes as a Platform Technology for Rapid Analyte Detection” (“El empleo de enzimas unidas como plataforma tecnológica para la detección rápida de un analito”), publicado en la revista científica PLOS One, explica que “el método rastrea las moléculas de un marcador biológico”. En este caso, los investigadores se concentraron en el biomarcador enolasa específica de las neuronas (NSE por sus siglas en inglés), porque se halla en concentraciones más altas en la sangre de las víctimas de un ACV.
Este método se podría proyectar al diagnóstico de otras condiciones, como la lesión traumática cerebral, ciertas formas de demencia y algunos tipos de cáncer y de enfermedades coronarias.
